viernes, 21 de noviembre de 2008

Auditoría de la deuda eterna ecuatoriana

Werner Vásquez Von Schoettler (Columnista El Telégrafo)
Se ha generado gran expectativa sobre el informe final de la Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público (CAIC). Comisión que ha sido cuestionada por personajes que de una u otra forma participaron en la feria de la contratación de los tramos de la deuda, como en el feriado bancario. Los cuestionamientos se sustentan en afirmar que el “sentido de la ilegalidad, es una interpretación ideológica”; teniendo poca lucidez para comprender que sus opiniones son expresiones ideológicas que han justificado un endeudamiento intensivo que se convirtió en uno de los mayores lastres para nuestra nación y, a su vez, en herramienta para convertir los intereses de la misma en intereses mercantiles-especulativos en beneficio de las rancias élites criollas-modernizantes. El informe de la CAIC debería ser el comienzo de una serie de medidas: legales, éticas, políticas, económicas, sociales, etc., por desenmascarar una de las mayores tragedias económicas-históricas en Ecuador y en América Latina.
El informe es claro: “Paradójicamente, la tendencia a utilizar el crédito en el financiamiento público aumenta cuando el país YA DISPONÍA de recursos que se consideraban capaces de garantizar una CONSIDERABLE HOLGURA ECONOMICA…”; mientras más recursos teníamos, más “endeudamiento agresivo” contratamos. No es coincidencia que cuando arranca la agresividad neo-liberal, sus políticas se impusieron a través de mecanismos de endeudamiento masivo: “Alzas de interés, negociaciones y refinanciamiento, capitalización de intereses”, es decir, hablamos de unos cuatro mil millones de deuda comercial, más otros cuatro mil millones de deuda multilateral y los créditos bilaterales en dos mil millones. Los pagos de los intereses como de los intereses de intereses, exigían la reducción del gasto social, mandado por el FMI-BM: salud, educación, vivienda, etc., así como la contínua emisión de deuda interna y externa; un círculo vicioso y perverso. ¿Quiénes han ganado? Empresarios-banqueros: sucretización; empresarios-banqueros: salvataje bancario. El pago de intereses y amortizaciones superó al ingreso de capitales; por tanto, la deuda comercial “no ha sido una fuente de FINANCIAMIENTO para el desarrollo del país…” y, más aún, la deuda que estaba por prescribir, fue renunciada unilateralmente por autoridades ecuatorianas el 9 de diciembre de 1992: ¿Quiénes? Mario Ribadeneira, Ministro de Finanzas; Ana Lucía Armijos, Gerente General del Banco Central, Sixto Durán Ballén. Así “resucitó” la deuda en los Bonos Brady y estos en los Bonos Global 2030 y 2012. Esto para ejemplificar.
Es deber de los ecuatorianos leer el informe de la Comisión. Sintetizando, podemos decir que los perjuicios no solo fueron económicos sino de todo tipo, desde injerencia en asuntos internos; renuncia a la soberanía del país, a la defensa y reclamación; usura; transferencias de deudas privadas al Estado, pagos anticipados injustificados; desvíos y distorsiones en el destino de los créditos; debilitamiento del Estado… ¡Deuda inmoral, deuda ilegal!
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Dr. José Rafael Núñez

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