viernes, 21 de noviembre de 2008

Pastusos giles ?

Artículo de Hernán Reyes Aguinaga

Dirigentes deportivos y funcionarios públicos ecuatorianos corriendo despavoridos para tratar de recuperar sus dineros dejados en las “captadoras” de distintas ciudades colombianas. Dos personas muertas durante las protestas por el cierre de varias de casi 70 de estas oficinas clandestinas que dieron en quiebra, o cerraron luego de que sus dueños fugaron con un estimado de 1.000 millones de dólares extraídos a ingenuas (y ambiciosas) personas pertenecientes a todos los estratos sociales. La rabia e impotencia de los perjudicados y lo saqueos que se originaron empujaron a que las autoridades declaren toque de queda en varias localidades de ese país. El sistema que se utiliza para esta captación de dinero es famoso: “la pirámide”: una forma de ofrecer “dinero fácil”, o como se conoce más popularmente, intereses descomunales. Su nombre responde al poliedro geométrico: la persona que llegó a la cúspide puede “volar” feliz con los “intereses” obtenidos a costa de lo que están “abajo” y pugnan por subir.
“En Albania casi dos tercios de su población estaba enganchada con las ‘pirámides...’”
De esos incautos, solo unos pocos lo lograrán. “DRFE (Dinero Rápido Fácil Efectivo) y “Mar de plata” son los decidores nombres de algunas de las mayores “casas de piramidación”, excelentes analogías del capitalismo financiero global, aquel que igual se encarna en los operadores de Wall Street o que lumpenizado opera clandestinamente en países como los nuestros, como lo evidenció el “caso Cabrera” referido a “lavado de activos y enriquecimiento ilícito” por parte de un Notario Público de Machala que perjudicó al menos a 30.000 compatriotas. Pero estas “pirámides” o casa ilegales de captación de ahorros no sólo existen en Latinoamérica. En 1996, en Albania casi dos tercios de su población estaba enganchada con las pirámides y “tras su colapso, miles de ahorradores enfurecidos generaron disturbios incontrolables que terminaron tumbando al presidente del país cuyo gobierno nunca reconoció la gravedad de la crisis y hasta último momento respaldó la solvencia de algunas pirámides que habían traído a la nación una prosperidad ficticia. Al final, el caos dejó más de 2.000 personas muertas”. Dos de las mayores pirámides albanesas, Xhafferi y Populli, tuvieron más de dos millones de depositantes, número similar al estimado de personas que metieron su plata en pirámides colombianas. Resulta complejo entender la “lógica” que impulsa a personas de toda condición social a vender su alma al diablo a cambio de dinero fácil. No son personas ignorantes como algunos pretenden decir, sino más bien expresan una extraña forma de “informalidad”, base del “chulquerismo” clásico: por un lado son una alternativa frente al descrédito del sistema bancario. Se trataría de gente que busca “pasarse de viva” o “vivir de agache”, seducida por los cantos de sirena de un oscuro capitalismo rentista que esconde la intención de estafar o de lavar “dinero sucio”. A la larga, lo que queda no es sino el mordaz mensaje que dejaron los estafadores en una de estas casas piramidación en Tulcán: “Gracias por confiar en nosotros, pastusos giles. Chao”. Injusto mensaje, por supuesto.

Dr. José Rafael Núñez

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