viernes, 7 de noviembre de 2008

Mito y Revolución Ciudadana

"No veo nada de ciudadano en el Plan de Seguridad Ciudadana. No se ve el cambio radical, profundo y rápido, no se ve la Revolución Ciudadana en cuestión de seguridad”, dijo el Presidente de la República, en el enlace radial del 1 de noviembre (ecuadorinmediato.com, 2008.11.02). Es fundamental esta observación. Transcurridos casi dos años de una intensa actividad político-electoral en el Gobierno/Estado, el discurso de la participación ciudadana ha sido un pilar para convocar y activar políticamente a las fuerzas sociales por un proyecto político; sin embargo, el convocar a las fuerzas sociales a una intensidad electoral, puede traer como consecuencia un ejercicio de la política (solo) con fines coyunturales. Las organizaciones sociales de todo tipo se movilizan por demandas puntuales, de corto plazo (siendo justo) pero las presiones de las necesidades son tan altas que se reducen las proyecciones de mediano y largo plazo. De tal manera que el fortalecimiento organizacional puede ser casi inexistente. Unas de las fortalezas del neoliberalismo Estados imperiales, organismos internacionales, partidos políticos e incluso ONG´s, entre otras- residió y reside en desprestigiar a la política, a los actores políticos: un intenso y deliberado proceso de des-politización social, con las concebidas excepciones, por ejemplo, la CONAIE. Los cinco ejes de la denominada Revolución Ciudadana, requieren de una gradual e intensa participación política de la ciudadanía, aunque muchas veces, parece que no es claro que es eso de Ciudadanía.

Este régimen, incluso, constituyó la Secretaría de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación Ciudadana; pero muchos sabemos que con nuevas secretarías, no necesariamente se fortalece o impulsa la organización social. Ésta en el Ecuador no ha dependido del Estado, y, más aún, lo estatal generalmente ha deteriorado la organización social.

Los asuntos de fortalecimiento ciudadano deben encontrar en la denominada Revolución Ciudadana, no su rector, sino un FACILITADOR (de todos los procesos que convergen en las demandas sociales).

Sin han pasado, casi dos años de la RC, es hora de evaluar los sistemas de participación ciudadana e identificar a los responsables.

Jamás la maquinaria publicitaria/electoral podrá sustituir el grado de desarrollo político de la sociedad, como tampoco puede evidenciar una mayor participación ciudadana. Quizás por eso algunos ministerios no muestren indicadores de cumplimiento, de evaluación, eficiencia, eficacia, gestión, etc., aceptables…

Recordemos que el ‘cumplimiento’ es deber de la tecno-burocracia. De tal manera que si se cumple exitosamente la re-ingeniería del Estado, en buena hora, pero un Estado eficiente o ineficaz, no es expresión de una Nación más fuerte.

No basta sentir que esta “Revolución Ciudadana” quiere cambiarlo todo, no basta creer, no basta demostrar una mayor inversión económica y social: sentir, creer, evidenciar, son, TAMBIÉN, el material idóneo para hacer de la realidad un mito: el Mito de la Revolución Ciudadana.

(Dr, José Núñez)

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