miércoles, 6 de agosto de 2008

La Universidad

Rodolfo Bueno.- Matemático
Para que el Ecuador sea competitivo debe desarrollar la técnica, la ciencia, la educación y la cultura; sólo así resolverá exitosamente sus problemas. Esto requiere que la Universidad esté estrechamente relacionada con la sociedad. Este camino pasa por la excelencia de la investigación, como una forma especial de la búsqueda del saber. No podemos, a la bartola, identificar nuestras necesidades ni las causas que las generan ni las vías para superarlas, pues se requiere de la conformación de un sistema de eslabones para que, a través de la estrecha relación con el entorno, se logren hallazgos significativos y que éstos enriquezcan nuestro conocimiento y nos permita, sobre todo, ser útiles al país, en el contexto histórico en que se desenvuelven nuestras actividades. Pensar, sentir y actuar deben convertirse en el fundamento de la formación profesional que impartimos; enseñar al estudiante las experiencias prácticas y teóricas, como método del conocimiento y la vía fundamental de la ciencia, con los cuales se apropiarán de los conceptos, las leyes y las teorías imprescindibles, y así acrecentar sus capacidades cognoscitivas y creadoras; proveerlos de los razonamientos lógicos del pensamiento científico, con los que profundizarán en la esencia de los fenómenos; desarrollar técnicas participativas, que hagan énfasis en la reflexión, para que valoren, emitan juicios y criterios, planteen sus dudas e inquietudes y elaboren, a partir de sus propias reflexiones, el debate entre todos, que tanto enriquece la individualidad.
De ahí que es importante fomentar en el estudiante una actitud crítica, para que valore, plantee dudas e inquietudes, y elabore pensamiento propio a partir de estas sus propias reflexiones. Este camino lo convertirá en un ser capaz de interpretar la realidad con miras a transformarla; que piense, sienta y actúe debe ser el resultado de su capacitación. Todo esto requiere de una verdadera revolución en todos los ámbitos de la educación, actualmente de baja calidad. ¿Gratuidad de la enseñanza?
Sí. Pero sólo para aquellos que están dispuestos a sacrificar sus horas libres en aras del adquirir conocimientos y no para los calienta bancas que creen en el facilismo académico, algo que no existe. ¿Buenos sueldos? Sí. Pero sólo para los profesores que se actualizan y elevan su calidad académica, no para los que toman la cátedra como una chaucha más.
Por otra parte, se debe dejar de dictar las clases en el sentido clásico, esto es, tal día a tal hora se trata tal tema. Eso no sirve, pues convierte a los estudiantes en una especie de receptáculo en el que el profesor deposita lo que cree conocer, con la esperanza de que los alumnos aprendan los conocimientos que intentó trasmitirles. Sólo se debe explicar el contenido de la materia, realizar talleres y conducir tareas de investigación sobre los temas tratados, y que sean los estudiantes quienes obtengan los resultados, desarrollando así una especie de sana competencia que podría ser resumida como: Si otros pueden, nosotros también podemos.

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