viernes, 15 de agosto de 2008

Otra vez juntos?

Félix Paladines P. Columnista Diario El Telégrafo
El obispo de Portoviejo, don Pedro Schumacher, importado por García Moreno desde Alemania y tan recordado por estos días como ejemplo de intolerancia, se convirtió en enemigo mortal del Arzobispo de Quito, apasionado estudioso de la historia de nuestra patria, Federico González Suárez. Éste, dejó escrito un hermoso libro, “Memorias íntimas” que, por expresa disposición de su autor, solamente pudo publicarse 50 años después de su muerte.
En “Memorias íntimas” González Suárez dice: “En el Ecuador los frailes son los dueños absolutos de la sociedad, y en manos de ellos está la vida o muerte del pueblo ecuatoriano: no digo más; no quiero ser más explícito…”. Respecto a los abusos que también la Iglesia cometía con los indios, expresa: “La cuenta que Dios Nuestro Señor ha de tomar a los Obispos, por causa de los indios, me llena de pavor”. También, deja entrever cómo la muerte de Alfaro y sus hombres fue azuzada desde los púlpitos y confesionarios, sin que se dé una intervención firme de los liberales traidores que se encontraban ya en el poder.
“Que la Iglesia -la alta jerarquía-, solucione sus propios y escandalosos problemas”
González Suárez fustigó siempre el desmedido afán de enriquecimiento de la alta jerarquía eclesiástica, criticó “la relajación de los conventos del Ecuador” y el hecho de que altos prelados como el Rvdo. Ignacio Ordóñez “acaudillen el partido conservador”. Su limpia posición le granjeó el odio de Schumacher y de los sectores más reaccionarios de la Iglesia ecuatoriana. Al respecto, el ilustre prelado manifiesta: “Los religiosos dominicos se conjuraron contra mí, y, estimulados y apoyados por el Ilmo. Señor Doctor Don Pedro Schumacher, Obispo de Portoviejo, trabajaron con gran empeño en mi ruina”, (incluso llegaron a proponer al Sumo Pontífice que la valiosísima obra histórica y literaria de González Suárez, sea incluida en el Index).
De repente, esa turbia etapa antes descrita y que creíamos superada, como que renace. La vieja y sectaria jerarquía que, en su momento, aquí y en todas partes siempre se opuso a los afanes independentistas de nuestros pueblos (claro que, en justicia, siempre tendremos en mente la existencia de dos Iglesias) y que, más tarde, fue capaz hasta de inventar milagros para conseguir la canonización de García Moreno, esgrime ahora toda clase de infundios para deslegitimar a la nueva Constitución, compartiendo otra vez la visión de país de los empresarios evasores, de los grandes banqueros y los dirigentes de las cámaras.
Que la Iglesia -la alta jerarquía, insistimos-, no se meta en política. Que mejor haga esfuerzos para buscar soluciones a sus propios y escandalosos problemas. Una anécdota aleccionadora: en 2003, en Chile, el senador Jorge Lavandero, prestigioso dirigente democratacristiano de 74 años, fue juzgado y declarado culpable por pedofilia. Además de los años de prisión que debió purgar, pagó una indemnización equivalente a 258.000 dólares, más la expulsión de la Cámara del Senado, la inhabilitación para ejercer cargos públicos y la profesión de abogado.
Pensamos que, algún día, ya próximo, nadie estará por sobre la ley.
La vieja alianza, el viejo contubernio va a ser derrotado.

No hay comentarios: